Transmitir a las nuevas generaciones la riqueza y bondades de nuestra larga y profunda herencia cultural maicera no tiene precio. Es un deber y un placer. Consideramos una labor de vital importancia que desde pequeños, nuestras niñas y niños conozcan como se siembra, se cuida y se disfruta de la labor de la Milpa. Son nuestros sembradores y consumidores conscientes del futuro!